Era una noche oscura, ya que me encontraba
a las afueras de la ciudad, lejos de la contaminación lumínica. Hacía bastante
frío, por lo que decidí terminar de contemplar el firmamento, montarme en el
coche y volver a casa.
Intenté arrancar el motor, pero la suerte
no me acompañaba esa noche, por lo que tras muchos intentos de salir de allí,
decidí pasar la noche en el coche.
Mentiría si digo que no estaba algo
asustado, pero no podía hacer otra cosa.
Dormía a ratos, y en uno de esos momentos
en los que no podía conciliar el sueño escuché un ruido fuera, como un chirrido
en el exterior del coche, no le di importancia e intenté dormirme.
Minutos después volví a escuchar ese
ruido, estaba empezando a inquietarme bastante y entonces salí del coche a
comprobar que era ese ruido.
No conseguí encontrar la causa, pero pensé
que podía haberlo hecho algún animal que deambulaba por el lugar.
Volví al interior del coche y nada mas
cerrar la puerta, volví a escuchar el ruido. Estaba realmente muerto de miedo,
pues me encontraba solo en medio de la nada.
De repente noté una presencia que me
incomodaba bastante. No se lo que pasaba, pero sabía que ahí fuera había algo.
Me asomé muy medroso por la ventanilla a
ver quien o qué era, y vi una silueta, que no pude identificar… evidentemente
no era una persona, yo lo hubiese notado, aunque no estaba seguro, solo me
asomé un segundo por la ventana, ya que me moría de miedo.
Cogí una manta y me cubrí completamente.
Unos segundos más tarde ese “ser” abrió la
puerta del coche, yo estaba paralizado, no podía ni respirar, tenía los ojos
fuertemente cerrados, tenía un miedo terrible a abrir los ojos y encontrarme
con ‘eso’ mirándome fijamente a los ojos.
Me armé de todo el valor que pude para
abrir los ojos, y allí estaba.
A día de hoy, sigo viéndolo en ocasiones, pero sólo cuando estoy solo. Tengo miedo a pestañear, porque cuando abro los
ojos siempre lo veo observándome.